Busco por dentro

Ensimismada. Sensible al entorno. Nerviosa. A la 1 de la tarde tuve un bajón. ¿El azúcar? ¿Deshidratación? Puede ser, no lo sé. Hoy hace buen sol.
Lo busco, a él, al sol. La maraña es tal que nadie la puede desenredar. ¿Quién la podría desenredar? Nadie la puede desenredar, es imposible de desenredar, tonto el que lo intenta, tonta la que lo intenta. Y cuanto más hace sol, más claridad y bajones hay. Cada vez más se ven casos de deshidratación y desmayos en Cali. En una semana vi tres personas tiradas en el piso.

Aquí en el apartamento de las paredes azules a quienes sus habitantes le pusieron Acquarius, percibo señales: altas ondas, bajas ondas. En el pasillo del edificio hay pegado en la pared un cartel de Incolballet llamado “Barrio ballet. Ritmia y relato popular”. El ritmo. Le busco el ritmo a esta ciudad.
Bachelard decía ““Hay que curar el alma que sufre -en particular el alma que sufre del tiempo, del spleen-  por una vida rítmica, por un pensamiento rítmico, por una atención y un reposo rítmicos. Y primero despejar al alma de falsas permanencias, duraciones mal hechas, desorganizarla temporalmente.”  
Suenan los carros, suena la ciudad. No hay melodía, sólo ruido, esquizofonías. Demasiadas distracciones fuera, demasiadas luces, demasiadas pantallas, demasiados medios. En el frenesí se pierden los ritmos circadianos. Estoy agotada, mi mente se siente cansada.

Hoy ya es otro día con olor a lluvia. En la mente: las compras, las 3 cruces, los proyectos, el grupo de escritura, mi blog. Yo me hacía llamar “La otra. Laotraradiodemarilyn.blogspot.” Hoy #buscopordentro.

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