21 de Marzo de 2017




Ayer 20 de marzo tuvo lugar el equinoccio de primavera en el hemisferio norte. Una fecha muy celebrada por su significado simbólico: se trata del florecimiento, el renacer, que viene después del invierno. Es la apertura de un ciclo, coincide también con la entrada al primer signo del zoodiaco, aries. Es un tiempo que habla de inicios.



El día de ayer igualmente comenzó una nueva onda encanta, una nueva energía que viene a acompañarnos durante 13 días. Esta energía es la del guerrero, energía amarilla, de maduración, estado que alcanzarán los frutos que empiezan en este momento a florecer. El guerrero habla de la intrepidez, del atreverse, pero también del cuestionarse. No es salir a la guerra, pero sí salir con la energía aguerrida en búsqueda de la realización propia al rítmo de cada quien.




De un tiempo para acá vengo sintiendo el fuego encendido, como buena ariana, el cual vino marcado por el eclipse de sol en febrero en el signo piscis, momento para comprender limitaciones y  entregarlas.

Hoy quise tirar una carta de los arcanos del tarot. La carta que me salió fue El Juicio. Esta habla de un resurgir entre los muertos, la rehabilitación, la cura. El Juicio nos recuerda la idea de muerte. Habla también de un despertar espiritual. Según el tarot de Jodorowsky, con El Juicio "asistimos a una conciencia enmarcada por un principio femenino a la izquierda y un principio masculino a la derecha. Esta emergencia, llamada por el ángel con su trompeta, se presenta ante nosotros como un deseo irresistible." La labor ha sido realizada. "El anima y el animus llegan a la paz a través de la plegaria. Juntos han creado el andrógino divino que obedece a la llamda de la Consciencia suprema representada por el ángel."
La aparición de esta carta habla de haber atravesado las profundidades del insconsciente, "tras una labor que puede haberse llevado a cabo con dolor, en cualquier caso en la sombra, una nueva vida despierta, como un nacimiento o una resurrección. Se piensa en el Juicio Final, en que los muertos se levantan de sus tumbas. Todo lo muerto renace. Todo lo que está oculto o gestándose sube a la superficie y aspira a un mundo superior. Ese poderoso deseo de evolución resuena como una música divina. Lo que sugiere este Arcano es que una fuerza que desafía a la muerte actúa en nuestra existencia misma: la consciencia inmaterial e inmortal."
Es la llamada imperiosa a vivir en una nueva dimensión. "[...] Es una carta de éxtasis, de renacimiento profundo y de plegaria inmediatamente satisfecha en que las energías asciendan de la tierra hacia el cielo y, simultáneamente, descienden del cielo hacia la tierra. Conviene reconocerla: representa él último paso antes de la realización de El Mundo."

Como vemos es una carta que habla del despertar: "Irresistible certidumbre. Cuando respondes a mi llamada, cada una de tus acciones es como una orden que te doy. Ya no hay duda. Te pones a hacer, a pensar, a amar, a vivir, a desear en plena acuerdo con la voluntad divina. La vida vale la pena ser vivida, todo se realiza en la calma, la meditación, la benevolencia y la alegría.

Vengo de un inconcebible huevo de oro donde el ser y el no ser son sólo luz indiferenciada. Soy la más alta realización de tu psiquismo, tu pensamiento convertido por fin en andrógino. Vengo a liberate de los límites del hombre y la mujer. El círculo de nubes celestes que me rodea no es suno tu cerebro azul estallado. Borro para siempre tus fronteras. De encarnación en encarnación, de transformación en transformación, con certidumbre, con la alegría constante, te permito ser lo que siempre has sido, un emisario de Dios."



Te recibo guía de lo divino, donde lo que importa es la verdad propia.



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